Rascale...

28/5/11

SUSTANCIAL...

Llevaba algunos días sin tener mayor interacción con la sociedad, es decir de manera breve y a grandes rasgos amanecía para mí a eso de las 11:30 a.m. el calor de las cobijas se hacía insoportable a tal manera que el cuello y sobre todo la nuca estaban siempre húmedas, abría los ojos lentamente tratando de reconocer el lugar, escuchaba a lo lejos el murmullo de una capital viciosa, enredada, a decir verdad un tanto despreciable y llena de grandes cosas, acompañada de grandes temas que no siempre eran los mejores, un vaso de jugo de naranja me despabilaba la garganta si tenía buena fortuna, tal vez un poco del guiso de la semana pasada refrigerado y un tanto rancio, ocioso, mejor dicho desganado, deambulaba mientras veía como pasaba el tiempo en el reloj de pared que mi padre había heredado de su abuelo siendo esto un gran regalo que en verdad para mí no significaba nada, pero como ellos decían, tenían un valor sentimental, algo que yo no alcanzaba a relacionar en mi mente aún, prendía el televisor y ahí estaba otra vez, la noticia del asesinato, del secuestro, la injusticia y en el fondo la auto destrucción, animales extintos, peleas por dinero, petróleo, futbol, mujeres, la fama, tal vez el jet set, ja, ja, ja; en el fondo te restregaban lo que todos sabíamos, se acababa el mundo por razones obvias, había llegado el ser más despreciable desde hace años, el más destructivo, el violento, la peor plaga para el planeta… el humano, cambiaba el canal una y otra vez, un poco de comedia gringa, algún documental, no sé, me sentía abotagado, cansado, mis días los terminaba con un video juego, un campeonato de FIFA generalmente, tal vez a las 4:00 a.m. o en la red viendo pornografía, tratando de encontrar cosas, buscando el significado de los sueños que tuve la noche anterior, tal vez viviendo lo que algunos de los que están ahí , por lo menos deseándolo.
La comida era sólo una al día, no quería molestar a nadie, la verdad se comía lo que se podía, lo que había al alcance, después un paseo a un centro comercial a observar, ¿qué hacen?, ¿se le ofrece algo más?, etc… se escuchaba decir a los encargados, me daba un poco de risa debo admitirlo, aquéllos empleados que me veían entrar con un aire de desprecio o asco tal vez por mi apariencia, un “out fit” de “nobody”… sandalias, sin bañar, con los cabellos enmarañados y aplastados por la almohada, la barba crecida y un dejo de aburrimiento y desinterés, miraba yo sin inmutarme por aquí y por allá, algunos se acercaban y me miraban, hacían alguna mueca y no daban pie a la compra, se marchaban en busca de alguien más redituable por así decirlo, me agradaba que los tímidos, tal vez los nuevos eran los únicos en intentar su venta, ellos eran los que por necesidad quiero imaginar y a decir de sus compañeros y falta de experiencia lo intentaban, algunos se reían al verlo aproximarse, incluso la gente de seguridad rondaba por ahí para asegurarse claro de que no hurtara nada, de pronto llamaba al muchacho tímido que se había acercado y brindado información, compraba un par de camisas sin mayor preámbulo, una cuenta importante que le representaría una buena comisión al empleado, le sonreía y en el fondo me agradaba pensar que le enseñaba una lección, tal vez de manera muy arrogante, nada especial; caía la tarde y me ponía en línea, me masturbaba un poco, deseaba a las mujeres de mis prójimos y bueno me condenaba, me servía un trago y listo, imaginaba que mañana sería mejor, tal vez esperando siempre estar en otra dimensión, sin saberlo en pocos días mi destino cambiaría de manera importante.
Tocaron a mi puerta a eso de las 9:30 a.m., algo temprano para mí, la cabeza me estallaba, la noche anterior había estado en un bar con unas chicas y se alargó la fiesta, prácticamente acababa de llegar, decidí no atender aquél llamado sin saber o imaginar cuál sería la consecuencia…
6:30 p.m. me levantaba apaleado de la cama, parecía que hubiera estado en coma, bajé las escaleras de manera controlada, despacio, me acerqué a la puerta, escuche ruidos, sin pensarlo me asomé por la mirilla y alcancé a ver a un sujeto bastante extraño, no sabría como describirlo, abrí rápidamente la puerta tratando de alcanzarlo sin éxito, pisaba en ese momento un sobre con información importante se leía, lo tomé y decidí entrar a la casa después de un largo bostezo, lo dejé sobre la mesa, me dirigí hacía el refrigerador dispuesto a saciar mi sed.
Tomé el sobre de la mesa, lo revisé y me vino a la mente una sensación un poco extraña, tal vez era la resaca, trataba de no pensar mucho en ello, leí la carta que citaba lo siguiente:
Estimado Sr. Turrev por medio de la presente le informamos que no tiene derecho a seguir en este planeta con vida, le pedimos que a la brevedad se despida de sus seres queridos y proceda con su nota de suicidio y consumar el citado hecho, de lo contrario se verá envuelto en una persecución que tendrá como objetivo terminar con sus días.
Atte: JMJC
Comencé a sonreír…

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